Milagro de monseñor Romero
Monseñor Romero fue un hombre de Dios, hizo el milagro en vida, como dijo sabiamente Ignacio Ellacuria: "con monseñor Romero pasó Dios por El Salvador". ¿Qué mayor milagro que ése? Ha pasado mucho tiempo desde aquel marzo de 1980. El cardenal Casariego, arzobispo de Guatemala, dijo desacertadamente en el funeral de Rutilio Grande que le asesinaron por su culpa, lo mismo pudo decir de monseñor Romero. Los jesuitas asesinados en la UCA también son mártires y santos porque dieron lavida como Jesús de Nazaret perdonando a los enemigos, eso también es santidad.
Benedicto XVI va a beatificar a Juan Pablo II el 1 de mayo. Me parece muy bien, pero que no se olvide de monseñor Romero y los mártires de la UCA. Juan Pablo II, cuando visitó El Salvador, fue a orar a la tumba de monseñor Romero y tuvo palabras elogiosas hacia él. Todos estaban contra Romero: el ejército, los obispos, excepto su auxiliar que se mantuvo fiel, Estados Unidos, la oligarquía, y a pesar de todo no se amilanó porque Dios estaba con él. Antes de su conversión era amigo del Opus, luego se distanció de ellos cuando le dijeron que había cogido el mal camino. Esto no lo invento yo, está en el libro del teólogo Jon Sobrino.
Monseñor Romero, un obispo con su pueblo como dicen en El Salvador: "Queremos obispos como monseñor Romero".