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Anulación de plazas de Nivel E: de la desesperación a la desesperanza

Parece que podrían albergarse dudas sobre la legalidad de la decisión adoptada por el Gobierno de Navarra; no cabe la más mínima de la injusticia social, inmoralidad e indecencia que, en cualquier caso, supone hurtar ya hasta la ilusión de los miles de personas que preparan esta oposición y a quienes se hace pasar de la desesperación (nadie dedicaría entre 7 y 18 meses para competir con otras 12.000 personas por unas pocas plazas del más bajo nivel retributivo si no se encontrara en situación de grave necesidad) a la desesperanza.

Apelo a los parlamentarios de PSN y de UPN para que, bien por conciencia social, bien por caridad cristiana y en todo caso por humanidad, revoquen la miserable decisión que su Gobierno ha tomado.

Quiero denunciar, además, que no puede ser cierta la justificación económica que se pretende y que a nadie he visto poner en cuestión. Aunque los 102 empleos no sólo se privatizaran sino que incluso se eliminasen, el ahorro no llegaría ni a la mitad de los 4 millones que se aducen como excusa: 102 puestos de trabajo por una retribución que ronda los 13.000 euros suponen alrededor de 1.300.000 euros; ni incluyendo la Seguridad Social se llegaría a los 2 millones. Queda claro pues que un ahorro de 4 millones de euros no puede conseguirse detrayendo el salario de unos cuantos desfavorecidos. Así, si se pretendiera cierto un ahorro tal por el simple cambio de gestión pública a privada, no serían los trabajadores quienes debieran rendir cuentas sino que habría que exigir responsabilidades a los altos cargos designados a dedo por el Gobierno de Navarra para desarrollar funciones de gestión para las que claramente se demostrarían sin mérito ni capacidad.

Por otro lado, no elegimos a nuestros gobernantes para que lamenten las penosas situaciones que ellos mismos provocan, sino para que solucionen los problemas de la sociedad y, fundamentalmente, los de quienes están en situación de mayor vulnerabilidad. Señora Vera, su sueldo es de consejera del Gobierno de Navarra, no de plañidera.