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Formando en la resignación

Los recortes que se están llevando con la excusa de reducir el gasto están llevando a una crisis social. No porque los ciudadanos no comprendan los ajustes que están realizando sus gobiernos, sino porque los comprenden y se dan cuenta de que son injustos. En primer lugar, no hay contraprestación, se realizan reducciones en el gasto, pero se olvida totalmente de realizar medidas para conseguir ingresos. Esto no es algo que únicamente se haya visto en la crisis, la falta de medidas y de reformas suceden desde antes de que se desplomara el sistema financiero. Ataques a la educación, sanidad y cultura que repercuten en el nivel de vida de las clases trabajadores de nuestro país. Pensemos por un momento que si las nuevas generaciones van a formarse peor, van a tener menor calidad de vida y su acceso a la cultura va a ser mucho más reducido, no se está trabajando para que nuestros niños y jóvenes tengan mañana la experiencia, las ganas y la formación necesaria para cambiar un sistema decadente como éste. No se están formando creadores ni verdaderos emprendedores, únicamente se busca desarrollar una sociedad resignada y sin miras al cambio. Pero esto no es algo nuevo de la crisis, miremos Pamplona. Durante mucho tiempo la crisis no estuvo devorando los presupuestos destinados a cultura. Sin embargo, no se hizo nada, los Sanfermines siguieron siendo la única apuesta cultural del Ayuntamiento, no se promocionó un festival tan importante como el Punto de Vista, que ahora ha sido masacrado, se olvidó de que aquí pudieran crecer y formarse comunicadores, directores de cine, guionistas, realizadores, compositores sin pagar la monstruosa cantidad que exige el Opus Dei para estudiar en su universidad, y, lo peor, no se hizo nada para mantener lo que ya se tenía. No tenemos una cultura propia, solo una fiesta de 9 días que sí, deja dinero, pero que ni forma ni enriquece a la gran mayoría de pamploneses que pedimos una ciudad de creadores que traigan el cambio.