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Hospital de Navarra: unidad de limpieza

Y llegó la crisis al Hospital de Navarra. Parecía la riada que todo se lo lleva, pero puede que termine siendo un tsunami con toda su fuerza. Lo veíamos venir desde hace años y llegó. Recortes y más recortes de contratos de trabajo a médicos, enfermeras, auxiliares; pero con lo que terminará cebándose será con las trabajadoras del nivel E. El último nivel, el de más abajo. Aquí no ha habido ninguna reconversión de trabajo como la ha habido en otras épocas de vacas flacas y que todos conocemos y nos dice la memoria. Aquí, el nuevo Gobierno de Navarra considera que debe meter la tijera y la mete.

Parece desentenderse de la unidad de cocina (si no se ha privatizado ya) y sobre la unidad de limpieza pende la espada de Damocles.

Conformamos la unidad de limpieza mujeres nacidas en la década de los 50. Pasamos la mayoría del medio siglo. Somos la generación de los olvidados. De niñas, nada había. Nada tuvimos. Nada estudiamos. Lo básico. Trabajamos como mulas desde muy jóvenes, a veces sin cobertura social. Nos casamos con lo puesto. Tuvimos hijos y les dimos lo que nunca tuvimos: carrera universitaria y, a algunos de ellos, incluso dos. Privándonos de todo. Los jóvenes mejor preparados de toda la historia han sido nuestros hijos. Y ahora que distamos no mucho de la edad de la jubilación, viene el Gobierno de turno y se plantea ponernos en la calle... Lo han llamado pendiente de revisión... ¿No se nos va a ayudar ni una sola vez en lo que llevamos de vida?... Sería una injusticia y una auténtica vergüenza que sesgasen nuestros puestos de trabajo para que la balanza económica de la Comunidad Foral de Navarra encuentre su equilibrio. No es legítimo. ¿Quién observa la balanza de lo moral?...

A la generación de mujeres de la década de los 50 no se nos puede exigir que paguemos con nuestros puestos de trabajo la incompetencia de quienes sí estudiaron y ahora mandan. Seríamos los siempre perdedores y los siempre pagadores de la penosa vida que nos ha tocado vivir.