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Los apoltronados y sus ingresos

Últimamente percibo un estado generalizado de superlativos; todo el mundo está cabreadísimo, indignadísimo, hartísimo? como consecuencia de los últimos descubrimientos sobre la capacidad que tienen algunos/as para ganar dinero.

Voy a ser sincero; me encantaría ser tan listo como Barcina, Miranda, Sanz y toda la procesión santa que dirige la cosa nuestra. ¡Yo les envidio! Sí tuviésemos la capacidad y la posibilidad de ganar esos dinerales, ¿quién no lo haría? Ellos hacen lo que pueden y porque pueden, están para ganar dinero, para beneficiarse de su cargo e influir, desde su posición, en muchos sectores, todo el mundo lo sabe. Quien piense que el deber de los apoltronados es mejorar nuestra situación con políticas sociales, solidarias, integradoras o de sentido común, ya puede bajar de donde esté subido. Nosotros somos votos cada cuatro años, nada más.

Tenemos lo que nos merecemos, porque nos hemos adaptado muy bien a este sistema. Somos esclavos de las necesidades que nos han creado y aquí estamos, cada uno centrado en sí mismo sin ser capaz de unirse a nadie para luchar por un bien común. ¿Tenemos o no tenemos lo que nos merecemos?