Finales de pelota en el Labrit
Miércoles, 12 de octubre, día festivo. Mañana programada para ir al Labrit. Allá se iban a celebrar las finales cadete y juvenil del campeonato navarro. Todo empezó como se esperaba, buen ambiente de gradas y jóvenes pelotaris en cancha.
Disfrutamos de un buen partido con los cadetes: los dos de txapela, zorionak chavales. Todo venía a decirnos que el partido de juveniles prometía tanto como el anterior, pero no fue así esta vez, no por culpa de los pelotaris (como tales) sino por una decisión, creo que no aceptada a causa del material (aceptado durante todo el campeonato y no apto a pocos minutos de empezar el partido). Esta decisión hizo que en cuestión de segundos se anularan las ideas y el juego de uno de los deportistas que, sin poder llegar a entenderlo, protestaba con toda la educación posible. Pero era tarde, el partido tenía que empezar y empezó con uno de los pelotaris fuera de sí. Lo que sí estaba claro era que el partido no fue tal y como esperábamos: un buen partido, sin quitar mérito al merecido txapeldun (zorionak) pero con la pena de no haber visto a los dos en igualdad de condiciones, por lo menos, psicológicas.
Como aficionado a la pelota a mano, el deporte más bonito del mundo, creo que esas historias no van en beneficio del deporte y, sobre todo, del deportista. Todos deberíamos intentar que esto no se repitiese, sobre todo, para ir a los frontones a lo que hay que ir, ellos a jugar y a disfrutar, y nosotros a lo segundo. ¡Ah! Se me olvidaba felicitar al subcampeón por su deportividad y saber estar, que no es poco en chavales con esta edad, desde la cual las cosas no se ven tan fáciles. Eskerrik asko, pelotaris.