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Derecho a la propia vida

La charla coloquio del pasado 7 de octubre, organizada por la Asociación DMD Navarra/Naforroako Duintasunez Hiltzeko Eskubidea y presentación de la misma tras su legalización como asociación en Nafarroa, nos acercó el debate por la dignidad en el proceso de morir, permitiendo conocer la situación actual del cuidado paliativo y de la disponibilidad de la propia vida en determinados momentos, aquéllos en los que se hace más visible la relación entre el médico y el paciente. Un año después de su presencia en Nafarroa, y tras una serie de fechas importantes (como la de la aprobación de la Ley de Autonomía del Paciente del 14 de noviembre, en la que se basa todo el proceso de decisiones de una persona), el presidente de la asociación, Luis Montes, volvió a ser invitado a un encuentro que se inscribe dentro de una dinámica de actuaciones que ha llevado al Parlamento navarro a reconocer los derechos y las garantías de la dignidad de la persona en el proceso de la muerte. (...)

Debe recordarse la reciente creación de un grupo autonómico que pretende, entre otras cosas, servir de enlace entre la asociación federal y la sociedad navarra, así como la aparición de la sociedad de cuidados paliativos en nuestra provincia, que ya ha estabilizado trabajos anteriormente puntuales como las visitas conjuntas con otros organismos sanitarios. DMD en Nafarroa cuenta ya con más de 40 socios, pero lo más importante para la asociación, que lucha por el derecho de todas las personas a finalizar su vida sin tener que esperar a la llegada cronológica de ésta, es percibir el enorme interés suscitado por lo que algunos expertos han definido como el debate social del siglo XXI, algo patente en reuniones y charlas como la que ahora nos ocupa, a cuyas convocatorias ha respondido la sociedad navarra con una actitud mucho más responsable que la mostrada por las formaciones políticas y religiosas más retrógradas en lo referente a todo lo relacionado con la muerte digna.

La asociación resalta la importancia del testamento vital previo para evitar problemas de decisión entre familiares en los últimos momentos y el acceso al Registro de Voluntades por medios informáticos desde todos los ámbitos, pues considera que cada uno maneja su vida como quiere o puede y lucha por la consecución de un derecho para que lo ejercite quien lo crea necesario.