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Privatización de cocinas del Complejo hospitalario

Tenemos que hacer algo a partir del día 20. Nos aprueban el decreto pese a la oposición directa de unas 10.000 firmas. ¿Qué tenemos que hacer? Se apagarán los focos y muchos se marcharán. Nos quedamos solas (perdonad queridos compañeros) y debemos reflexionar sobre nuestro futuro, sobre el futuro de la sanidad pública, y sobre nuestra sociedad. ¿Podemos consentir lo que está pasando? ¿Debemos hacerlo? Es cierto que la sociedad no nos ve con buenos ojos, les han vendido que somos unos privilegiados, vagos y aprovechados. No es cierto, trabajamos, nos esforzamos. La mayor parte de nosotros somos eventuales, no cobramos antigüedad y llevamos años sometidos al escarnio público y a la congelación de nuestros salarios. Estamos expuestos a unas jefaturas negligentes que son cómplices de los abusos del sistema. No han dado la cara por nosotras (vuelvo a mi cocina) y ahora nos venden al mejor postor. La comida hospitalaria es parte del tratamiento médico, así que con la privatización no hacemos nada más que comenzar a vender nuestra salud. ¿Vamos a dejar que esté en venta? Es un asunto que nos incumbe a todos (como todos lo que ocurren a nuestro alrededor). No podemos consentirlo. Por mi parte declaro públicamente que no me voy a quedar parada, os invito, compañeras y compañeros, a la movilización directa. Como trabajadores del Complejo Hospitalario de Navarra debemos unirnos y buscar el compromiso directo de la sociedad navarra, de toda la sociedad. ¿Cómo? Ahora viene lo difícil, debemos decidirlo.