"The American way of life is not negotiable" (El estilo de vida americano no es negociable), dijo convencido George Bush padre durante la Cumbre de la Tierra (Río de Janeiro, 1992). Esta frase resume a la perfección la política imperialista de los EEUU. (...).

Ahora se están marchando de Irak. Tras casi 9 años de brutal invasión, han dejado el país tan destrozado que hace casi imposible que algún día pueda levantar cabeza. Más de 100.000 civiles inocentes han muerto, el uranio empobrecido utilizado en algunas fases de la guerra está causando daños irreversibles en la población.

Todo ello con el fin de asegurarse el control de importantes zonas geoestratégicas y nutrir de suculentos beneficios a su industria petrolera y armamentística. Su presidente, premio Nobel de la Paz, continúa permitiendo, entre otras cosas, la invasión de Afganistán, la tortura e injusticia en Guantánamo (a pesar de que firmó en enero de 2009 la resolución para cerrar la prisión en el plazo de un año) y, por supuesto, sigue prestando su apoyo incondicional a la política genocida de Israel frente a Palestina. El imperialismo de EEUU no tiene límites.

Lo próximo será Irán, de hecho ya están amenazando con invadirlo y hacerse con el control de ricos yacimientos de petróleo. Este imperialismo contemporáneo surge de las entrañas del capitalismo, es su fase avanzada (como bien adelantó Lenin en su célebre Imperialismo fase superior del capitalismo). Hoy en día estamos en la era de los imperios más descarnados. EEUU y sus aliados son el imperio de los insaciables mercados, de las empresas transnacionales, de los grandes capitales, de la industria armamentística, de los amos de los grandes medios, de todos los poderosos líderes mundiales.