Recordando a Gernika, Otxandiano, Belgrado o Sirte
Ahora que se cumple el aniversario de Gernika, que quedó inmortalizado en el cuadro de Picasso, conviene también no olvidar otros muchos lugares donde la brutalidad humana superó cualquier límite de crueldad. Otxandiano, Belgrado o Sirte fueron algunos de los ejemplos en esa larguísima lista de ciudades o pueblos que han sufrido la brutalidad de la guerra.
Recientemente he publicado un libro sobre la formación, desarrollo y extensión e intervención de EEUU por el mundo, titulado: Estados Unidos y el respeto a otros países y culturas (Libertarias, 2012), donde se relatan historias casi olvidadas, como la que sucedió en Otxandiano, o las más recientes en Yugoslavia o incluso en Libia.
No podemos y no debemos mirar hacia otro lado cuando hace tan solo unos meses los aviones de la OTAN descargaban su prepotencia y maldad en un país del Mediterráneo matando a centenares de civiles. No se puede hablar de Derechos Humanos si se ha sido indiferente ante tanta barbarie, y menos todavía se puede justificar. No obstante, siempre se han justificado las guerras, la I Guerra Mundial era "la guerra que iba a acabar con todas las guerras," "la guerra para proteger a la democracia", la Segunda Guerra Mundial fue una "guerra buena" según dijeron, y allí se mataron por millones. Y ¿por qué?, ¿para qué? El presidente de EEUU, Wilson, lo explicó claramente ya en 1919: "¿Hay algún hombre o mujer -que digo, hay siquiera un niño- que no sepa que la semilla de la guerra en el mundo moderno es la rivalidad industrial y comercial?... Esta guerra ha sido una guerra industrial y comercial."
Las guerras se hacen por intereses económicos, por motivos comerciales, ayer, hoy, y también se harán mañana si no dejamos de justificarlas. Unos pocos se enriquecerán y otros muchos morirán. Los gobiernos y sus ejércitos trabajan para los grandes negocios, "la bandera sigue al dólar y los soldados siguen a la bandera," lo expresaba claramente el general más laureado de los Estados Unidos Smedley Buttler.
¿Hasta cuándo esta barbarie? ¿Hasta cuándo la locura de la guerra donde los ciegos son dirigidos por los locos por el poder?