El emblemático local de Sombrerería Gutiérrez, que cerró tras 185 años en la esquina de Mercaderes con la Plaza Consistorial, dará paso a Sabor a España, tienda especializada en turrones y frutos secos garrapiñados. La empresa familiar cordobesa, fundada en Lucena en 1948, llega a Pamplona para llevar sus productos artesanos al corazón turístico de la ciudad.
Con más de 50 tiendas en toda España, la firma destaca que la capital navarra, con su fuerte identidad cultural y gastronómica, "era el lugar ideal para expandirse". La apertura, prevista para la segunda quincena de septiembre, coincidirá con las fiestas de San Fermín Txikito, buscando aprovechar la afluencia en el centro histórico.
El local ofrecerá más de 190 referencias de turrones y una variedad de frutos secos caramelizados y garrapiñados, desde los clásicos hasta opciones menos habituales como pistachos, cocos o frutos secos con chocolate o sabores salados. La experiencia se complementará con showcookings donde los clientes podrán ver en directo la elaboración de los productos.
La tienda contará con siete empleados, abrirá de 10:00 a 22:00 horas y ofrecerá promociones especiales en sus primeras semanas. Aunque por ahora no habrá productos exclusivos para Pamplona, la firma asegura que adaptará su oferta en el futuro según las preferencias locales.
Sombrerería Gutierrez
La sombrerería Gutierrez la fundó Ramón Goñi Reclusa. En los inicios, el negocio se denominaba Confecciones Goñi y se situaba en la calle Mañueta. En 1840 se trasladó a su actual ubicación.
En septiembre del pasado año ya colgó el cartel de "liquidación por jubilación" y el pasado mes de febrero se confirmó el cierre de este negocio centenario.
"Farmacia Negrillos de la calle Eslava, Almacenes Numancia de San Antón y Gutiérrez de la plaza del Ayuntamiento. Tercer rótulo emblemático del Casco Viejo que desaparece de su ubicación en escasos meses", destacaba en redes sociales Oscar Brako, único navarro miembro de la Red Ibérica en Defensa del Patrimonio Gráfico, entidad que documenta visualmente e incluso rescata letreros históricos en peligro de extinción.
"Rótulos característicos que hacen reconocible la ciudad, que aportan sentido de lugar y otorgan identidad. La imagen de Pamplona, su paisaje comercial se aplana y se debilita a toda velocidad, desapareciendo el carácter singular del casco viejo", lamentaba.