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El cachondeo de la cita previa

La abajo firmante sufrió el robo de su cartera el día 18 de julio, con su documentación y más de 100 euros en efectivo.

Presentó la correspondiente denuncia en la Guardia Civil, siendo amablemente atendida y aconsejada a cancelar tarjetas de crédito en el acto, y a esperar una semana para la renovación de documentos, ya que es el plazo que se da para que aparezca la cartera sin el dinero.

A la semana siguiente intentó solicitar una cita previa por Internet para renovar su DNI, siendo imposible, a pesar de que lo intentó desde dos ordenadores distintos, ya que la página se quedó bloqueada en cada uno de los muchos intentos efectuados.

Contactó desde su teléfono fijo con el número 902 247354, siendo esta una llamada de pago, y le dieron cita para el día 28 de agosto a las nueve y media de la mañana, después de luchar contra un sistema automático de citación.

Se presentó en la comisaría de Tudela a la fecha y hora indicadas en la llamada telefónica, donde le indican (no muy amablemente) que no dispone de cita previa. Como insiste en que tiene cita, le preguntan si tiene una confirmación de la misma en su móvil, no siendo posible ya que hizo la llamada (a un número de pago) desde su teléfono fijo. Tras protestar, le muestran una cita a su nombre el día 23 de agosto a las nueve y media.

¿Quién se equivoca? Por supuesto, la persona que pierde un día de trabajo para ir a renovar su documentación. Dándole exactamente igual perder un día que otro, pero no dos días.

Solución en la comisaría: volver a pedir cita previa. No en la comisaría, sino a través de la página web o en el 902.

La página web sigue sin funcionar. ¿De quién es el 902? ¿Quién saca dinero con cada llamada efectuada para pedir cita? De momento, he tenido que llamar desde mi móvil, recibiendo un SMS dándome cita para el próximo 20 de septiembre.

Dos meses para conseguir un DNI que me ha sido sustraído y seguramente tirado a un contenedor.

Ya he perdido un día de trabajo, un viaje a la comisaría, dos llamadas telefónicas de pago, y tengo que perder otro día dentro de un mes. Esto es eficiencia, sí señor. Estando, además, la comisaría vacía, sin las colas que antes se formaban para renovar o solicitar papeles. Claro, con la cita previa ganamos todos: el contribuyente paga su cita previa, y los funcionarios, que solo atienden a unas pocas personas al día, con el ahorro de trabajo que supone. En vez de confeccionar cien o doscientos documentos, deben confeccionar unos veinte al día. Sí señor, sin estrés.

Veamos si esta indocumentada consigue otro día sin trabajo para ir a recoger su DNI o se pasa al lado oscuro: no existo, no cotizo, no pago...