Estos días hemos leído y visto en los medios de comunicación las declaraciones del arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, sobre el libro Cásate y sé sumisa en el que asegura que seguir estas ideas ha ayudado a mucha gente. Aunque no hemos leído el libro -ni tenemos intención de hacerlo- solamente el título nos parece un insulto hacia las mujeres.

En primer lugar, consideramos que esta idea es una vuelta atrás en el tiempo. Nos retrotrae a las décadas de los 40-60, cuando la Sección Femenina aleccionaba a las mujeres para ser "perfectas esposas y madres" en los principios franquistas de la sumisión.

En este adoctrinamiento de las mujeres, la Iglesia tuvo un papel decisivo. Y el arzobispo de Granada, con sus declaraciones, nos recuerda esta Iglesia caduca y ultraconservadora, alejada de la nueva doctrina papal que reivindica mayor protagonismo de la mujer en la Iglesia y en la sociedad. No obstante, echamos de menos voces críticas desde la Iglesia española ante este tipo de declaraciones.

Al margen de lo que diga la Iglesia, como mujeres, consideramos que nadie nos tiene decir qué tenemos que hacer y cómo han de ser nuestras relaciones de pareja. Creemos que estas declaraciones del arzobispo son una injerencia en nuestra vida privada y que las relaciones de sumisión suponen una renuncia a ser nosotras mismas y una forma de violencia psicológica contra las mujeres.

Este tipo de afirmaciones demuestran el miedo de un sector de la sociedad a nuestros logros y avances sociales. Nosotras, como mujeres, apostamos por relaciones decididas libremente, igualitarias, respetuosas y en las que podamos crecer como personas.

Por todo esto, queremos mostrar públicamente nuestra indignación ante este tipo de declaraciones y alertar sobre el retroceso que suponen estas ideas. Han sido muchos años de lucha de muchas mujeres para llegar adonde estamos y no estamos dispuestas a retroceder ni a ser sumisas.