Indignada con la Iglesia

A lo largo de estos años que llevamos con la maldita crisis he leído y escuchado noticias sobre las fechorías (por llamarlo suavemente) que han realizado desde políticos, banqueros, etcétera, y que han llevado a este país a la situación en la que nos encontramos, y en no pocos casos, a la mismísima pobreza. Pero yo ingenuamente pensaba: menos mal que todavía nos queda la Iglesia, ella nos apoya y siempre estará con el más necesitado. Así que cuando el pasado 9 de abril estaba viendo el informativo, no daba crédito a lo que estaba viendo y escuchando. La noticia era la siguiente: "Seis familias de Lanzarote están al borde del desahucio, se sienten engañadas por la Iglesia. Desde los años 50 viven en un terreno donado para este fin a la Iglesia, pero en 2006 la diócesis lo vendió a una empresa que ahora quieren que se vayan. Ellos entraron a esas viviendas porque no podían pagarse un alquiler, tenían pocos o escasos recursos económicos y, ahora, ya ancianos, no tienen dónde ir". Era desgarrador ver la imagen de una señora de 90 años empaquetando sus pertenencias porque la echaban de su casa. Y entonces mi indignación es aún mayor cuando pienso ¡también la Iglesia! Está claro que esto ha ocurrido con una iglesia en Lanzarote, y que en España hay muchísimas más iglesias que seguramente practicarán la caridad cristiana, pero a mí me sorprende que la Iglesia en general no alce su voz ante tal injusticia, y subsane este error y otros muchos. Estaré atenta a las noticias de estos próximos días a ver si esto se produce, nada me reconfortaría más que el poder comprobar que al menos la Iglesia está con el más débil.