En estos últimos días hemos podido conocer la sentencia final del caso Nóos, y tal y como se esperaba la infanta ha sido absuelta de todo cargo. Sin embargo, y desgraciadamente, la absolución de la infanta no ha sido algo sorprendente dado que era lo esperado debido a su condición como miembro de la realeza. Lo impactante fue que Urdangarin fuese condenado a la sentencia mínima de 6 años y 3 meses, cuando cualquier otra persona acusada de perversación, blanqueo de capital, falsedad en documento público, falsedad en documento mercantil y otros dos delitos fiscales cumpliría sentencias mucho mayores, de por lo menos 15 años de prisión.
Este caso solo supone otra mancha mas en el historial de nuestra monarquía, una monarquía no elegida impuesta por un dictador. Y en este tipo de situaciones es cruel ver cómo la idea o simple mención de una república se queda a la izquierda del espectro político, olvidando que también hay personas de derechas a favor de una república, cuya voz nunca es escuchada.
En definitiva la sentencia del caso Nóos ha dejado algo muy claro: Hacienda somos los pobres.