Ha comenzado un proceso para la modificación de la Ley Foral. Sería deseable un debate sosegado, que examinara la problemática al detalle. Se plantea por una parte la oficialidad en toda Navarra. Ello afecta al artículo 9º de la Ley Orgánica 13/1982, del Amejoramiento. Resulta comprensible, por ejemplo, que los distintos órganos dependientes del Gobierno de Navarra respondan en vascuence a las consultas formuladas en este idioma desde cualquier punto de nuestro territorio (o desde Hong Kong).

Pero lo que resulta necesario es que con el nombre de zonificación u otro, haya distintos regímenes jurídicos. Por imperativo legal, en la zona vascófona un bando de la alcaldía tiene que difundirse en los dos idiomas. Pero el imponer un deber similar en la no vascófona sería ilógico y provocaría una reacción contraria. Es algo que, como amante de la lengua vasca, no deseo. A su vez, y por la situación de debilidad que tiene el idioma, hay que hacer notar que la zona mixta juega hoy en día un gran papel. Como la normativa apenas impone deberes, es cada municipio el que modula su grado de implicación. Por esto muchas localidades han querido formar parte de ella.

Si cada Ayuntamiento puede decidir en qué zona se integra, cabe establecer un sistema realista y que funcione bien. No seamos agresivos. Es necesario el consenso, un trabajo común en todos los ámbitos. Por cierto, sino controlamos el cambio climático, ni el castellano ni el euskera tendrán futuro.