En este país, y muy a menudo, tenemos noticias sobre el tren. Resulta que se quieren hacer obras faraónicas para trenes de alta velocidad y vemos que en Extremadura, Murcia, Salamanca, Galicia y algún que otro lugar, las líneas ferroviarias son de vía única, sin electrificar, con velocidades medias para viajeros de unos 70/80 Kms/h. y con averías que producen retrasos y mucho malestar a los viajeros. Cuando llueve o nieva el caos es total y los descarrilamientos e incidencias se incrementan considerablemente. Quiero decir que si no mantenemos y conservamos adecuadamente lo que tenemos, ocurre lo que muy a menudo sucede: accidentes, descarrilamientos, retrasos... Lo siento, pero lo que está sucediendo desde hace varios años con el ferrocarril en España no tiene sentido. El accidente mortal de Huarte-Arakil (1997), el del Alvia en Angrois (2013) y el último de El Arahal, entre Málaga y Sevilla, a estas alturas y en pleno siglo XXI no es de recibo. La plantilla profesional está muy mermada y los servicios de mantenimiento (vías y obras) no funcionan como debieran. Hasta hace unos 15 años se realizaban renovaciones de vías, catenarias y otras infraestructuras cada 10 años, ahora este mantenimiento brilla por su ausencia y así ocurren las incidencias y accidentes. Señor ministro de Fomento y directivos de Renfe y Adif, este servicio ferroviario es un servicio público que lo pagamos con nuestros impuestos, hagan bien las cosas, implementen más seguridad en el material rodante y en las vías sobre todo, con temporales adversos de lluvias y de nevadas. Y a los presidentes de algunas comunidades autónomas como Murcia, Galicia, Extremadura y alguna otra, preocúpense tambien del ferrocarril y exijan al Gobierno central que este transporte público esté en las mejores condiciones de seguridad y de confort para todos los usuarios. Si se cuida, se renueva y se mantiene el ferrocarril que tenemos solo un poco más, no haría falta ni AVE ni TAV, y todos lo podríamos seguir utilizando tanto para viajeros como para mercancías.