¿Y ahora, qué va a pasar en Cataluña?
El panorama de la nueva presidencia de la Generalitat está muy complicado, por no decir condenado al fracaso, ante la negativa del Estado español avalada por el Constitucional, claro está, a la investidura de Carles Puigdemont, Jordi Sánchez y Jordi Turull, y no habido más remedio que investir a otro candidato sin ninguna imputación y que esté, como dice Moncloa, “limpio”.
Muchos independentistas creen que Puigdemont se ha equivocado en su elección, pues Torra, del que nadie duda de su valía y su compromiso, tiene tras de sí un pasado de escritos y tuits que no son muy afortunados en cuanto a su opinión sobre los españoles, que permanentemente les da urticaria todo lo que huele a catalán.
Muchas de estas frases y tuits se están sacando fuera de contexto, porque los que conocen bien a Torra lo definen como un hombre dialogante, humilde, educado y campechano, pero, claro, lo escrito escrito está, y con su elección no se ha hecho otra cosa que dar pólvora a los unionistas para desacreditarlo y tratarlo de xenófobo.
Por eso creen que se han equivocado en su elección. Había otras opciones quizá mejores, como Ferrán Mascarell o el mismo Ernest Maragall...
Por otra parte, aunque levanten el 155, el tema económico, que es el más importante, va a seguir todo igual, o sea con las finanzas intervenidas, aparte, y al mínimo movimiento en falso, van a volver con el 155, por lo que parece que pintan bastos.
Las únicas noticias positivas nos llegan de momento de Bélgica, donde ni la misma fiscalía acepta la eurorden española para la extradición de los consellers Comin, Puig y Serret.
Esperemos que Puigdemont en Alemania y Clara Ponsati en Escocia tengan la misma suerte.
Los independentistas lo tienen mal, pero no pueden bajar los brazos ante la tiranía, ni la dictadura de un estado que se cree con derecho a todo. Más o menos es lo que me comentan desde Catalunya.