Tengo 43 años y con 12 comencé a peregrinar a Javier dentro de la Novena de la Gracia en las tradicionales Javieradas. Enseguida me apunté como voluntario cuando aún estaba don Alberto Mas de delegado de Misiones. Al fallecer éste en trágico accidente y cogerle el relevo don Ángel Echauri, mi colaboración pasó a ser más estrecha, formando parte activa del equipo organizador de Javieradas todo el tiempo en el que estuvo en el cargo. Posteriormente, colaboré en la peregrinación bajo las órdenes de la Compañía. Sé de lo que hablo.

Las Javieradas han sido parte de mi vida como cristiano y navarro. Las guardo en el corazón. Son para mí un hito anual que me fortalece en la vida creyente. En ellas he forjado sentimientos de solidaridad, amistad y amor por mi tierra desde el norte hasta el sur y humanismo cristiano. Javier es sinónimo de Navarra, universalidad, generosidad y entrega por amor.

Confundir la libertad de expresión con la chabacanería para exponer en sitio público un exabrupto de cuadro como el que estuvo en Redín y Cruzat es ganas de provocar innecesariamente y un insulto gratuito. Las miles de personas que vamos a Javier nada tenemos que ver con ningún fascismo. Somos peregrinos en busca del amor.

Agradezco al alcalde que lo haya retirado. Me da la sensación que algunos de sus desleales socios de gobierno quieren enredar el panorama con oscuros intereses partidistas y en vez de hacer política están haciendo juego sucio y marrullero tocando todos los titos que puedan ser sensibles para la ciudadanía.

Espero que no vuelva a pasar porque estoy harto del infantilismo neurótico que nos identifica a todos los cristianos con el franquismo. Yo soy católico, vasco navarro y defensor de la libertad, la paz y la justicia. Hago un llamamiento a la sana convivencia donde todas y todos tengamos cabida en el mutuo respeto. ¡Qué Xabier nos guíe!