Independientemente de creencias religiosas, cuando escucho determinadas expresiones encabezadas con el visceral Mecagüen?, me resultan desagradables. Unas veces, las heces les toca a Dios, a la Virgen y otras a la santa que parió a alguien. Más desagradables me resultan si las escucho en voz alta, y más todavía si las escucho en público ante muchos oyentes. Pero es cosa mía. Nadie se siente molesto ni se le da la mínima importancia. Son expresiones que socialmente están aceptadas sin darles connotaciones religiosas ni ofensivas.
Por ello, no voy a entrar a analizar la ridícula y demencial denuncia de la Asociación de Abogados Cristianos contra el actor Willy Toledo, al que creo que le han regalado una buena publicidad.
Y si quieren poner más denuncias que se pasen por los bares y campos de fútbol. Las cárceles se llenarían en un solo fin de semana.
Hace unos 25 años, ya le pasó algo parecido al impresionante cantaor sevillano El cabrero. Entonces era blasfemia. Se iba a la cárcel y decían que al infierno.
Si esta cristiana asociación de abogados realmente estuvieran interesados en que se respete el cristianismo, creo que debería utilizar sus conocimientos de Derecho para denunciar al exagerado números de altos cargos de la cristiana Iglesia que han sido acusados de repetida e infame pederastia, y para conseguir que la sentencia no se limite a apartarlos del puesto. Que la descafeinada justicia eclesiástica no sea suficiente.
Al hilo de denuncias y sentencias, me alegro que el rapero Valtonyc no sea extraditado. En absoluto estoy de acuerdo con muchísimas de sus letras, pero que entre los motivos de denuncia se incluyan opiniones sobre la corona y el afamado juerguista emérito rey, es increíble para muchos millones de personas.
Me gustaría que algún defensor de la corona hiciera el favor de responder indicando las virtudes y aportaciones objetivas a la sociedad de toda esta familia que, sin justificación alguna, nos sale carísima.