Estoy de acuerdo contigo. Soy partidario de un frontón largo tras la demolición del monumento ese del copetín a los caídos. El frontón Arena mejor ni tocar porque ya empezó tocado. Partiendo de que UPN sufre viendo divertirse al pueblo y de que le encanta privatizar lo público, se fija en el frontón Labrit (la bombonera oberenista), una joya como frontón y un lujo de ubicación, y van a por él. Pero antes -es mi versión-, para que nadie se queje, les vamos a hacer uno muy grande aunque no ande, con la excusa de que así podrán ver finales. Tienen todo pensado, incluso una campanilla para colocar en el centro de la pared y el día de la inauguración la toque algún Rodrigo Rato local con aire infantil. Pero se quedan sin dinero público y al nuevo se le ocurre decir: hay que poner fondo, y salen todos corriendo dejando la mesa limpia. Se acabó el partido.
Sixto, hasta la próxima si no nos vemos antes.