En una calle de Iruña un grupo de personas dejaban por el suelo los desperdicios de un rico melón que habían comido tan a gusto. Me atreví a advertirles que muy cerca tenían una papelera y me contestaron: “Nosotros creamos puestos de trabajo, un barrendero lo recogerá” (sic). Siempre he pensado que tenemos un déficit importante de educación. Estamos a mucha distancia de las naciones de Centroeuropa o de naciones nórdicas. Claro que la educación no es solo urbanidad o mera instrucción, es algo mucho más amplio y profundo. Es el desarrollo intelectual, social, moral, cívico? de la persona. Abarca casi todo. ¿Hasta la religión? Es respeto al prójimo, a sus ideas o costumbres. Por poner un ejemplo: leía hace unos días que en Finlandia se habla el finés pero se respeta el sueco usado sólo por un 5% de finlandeses e incluso se estudia esa lengua en todas las escuelas. Distinto aquí el respeto hacia el euskera. Somos campeones de contaminación acústica y no destacamos en el reciclaje. Recuerdo que hace 30 años se reciclaba en Austria más que hoy aquí. ¿Entraría en la educación la desigualdad o el machismo? No es el Congreso de los Diputados un ejemplo de educación, allí todo vale: la mentira, el insulto con tal de conseguir unos votos. Por supuesto que hay mucho más que decir sobre educación pero no cabe en estas líneas. ¿Podríamos estar satisfechos con no ver papeles por el suelo de Pamplona? Sería un síntoma.