Una de las mayores dificultades con las que se ha encontrado el hombre en la historia ha sido a la hora de repartir. En la antigüedad los monarcas no tenían problemas, puesto que se quedaban con todo. En los siglos XVII y XVIII, empezaron a repartirse el botín con el que se hacían sus corsarios, a los que luego, y de acuerdo con la magnitud de sus repartos, les otorgaban títulos nobiliarios, que no es el caso de los piratas, que al quedarse con todo, si eran aprehendidos, iban a la horca. Hoy el reparto resulta ser complicado, al estar los que podíamos considerar como piratas o corsarios muy disimulados y un tanto sofisticados. Hoy las grandes multinacionales se lo comen todo. 5.000 comercios se han cerrado en pocos años, solo en una de nuestras comunidades. El hombre más rico del mundo maneja un comercio a nivel mundial, que lo mismo te planchan un huevo, que te fríen una camisa. Lo que conocíamos por intrusismo ya no se da y puedes vender de todo. Una llamada de atención a nuestros políticos, porque si no controlan mejor el reparto, si hoy vamos de culo, luego iremos de cráneo.