Me refiero a las entradas gratuitas a conciertos de masas corales, de instrumentos, teatros... Estoy harto de observar cómo abusa la gente cuando los eventos son gratis, tanto si previamente hay que sacar invitación como si no. En el primer caso, acaparan invitaciones y en segundo ocupan espacios con bolsos, abrigos... por si viene un familiar, amigo o vecino y quedar bien con ellos (a coste 0, claro) facilitándoles el asiento reservado. Casi nunca llegan y se queda el espacio vacío, cuando hay público de pie o, peor aún, sin poder entrar porque se han agotado las invitaciones. Me ha pasado en varias ocasiones, la última este miércoles día 6 en el concierto que en la iglesia de los Carmelitas Descalzos han ofrecido la Escolanía del Orfeón Pamplonés y la Maítrise de Toulouse. La solución para evitar estos abusos es cobrar una entrada, aunque sea mínima de un euro. Cuando hay que desembolsar alguna cantidad, nadie se arriesga a gastarse dinero para esa amistad que no se sabe si luego aparecerá.