Desde hace varios años, con la aprobación del Plan Bolonia, vengo preguntándome por qué mi sueldo de funcionario docente de Educación Primaria tiene una diferencia tan desproporcionada con mis compañeros de Enseñanzas Medias. Los datos son los siguientes: un maestro de Primaria cobra en Navarra 1.612,33 euros al mes. Su compañero de secundaria cobra 1.916,55 euros. Pueden encontrar la tabla salarial en la web del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra. La diferencia es sustancial.

Si continúan desglosando otros conceptos, complemento específico, antigüedad o grados, la brecha se hace cada vez más grande. El motivo de esta diferencia salarial se explicaba por la formación académica de los docentes, es decir, licenciados e ingenieros (categoría funcionarial A) mayor sueldo que maestros y maestras, graduados (que se encuadran en la categoría funcionarial B).

Sin embargo, y aquí empieza el problema, las carreras universitarias han cambiado. Ahora todos somos graduados, excepto Medicina y Arquitectura, con carreras de cuatro años. Es cierto que aquellas carreras que no tienen créditos (ECTS) suficientes en Pedagogía, se exige el famoso Máster de Secundaria (CAP) a graduados en Químicas, Matemáticas o Filologías. No espero ningún movimiento desde la Administración.

No está para hacer caso a las cartas del director de un periódico. Pero sí que este espacio público puede servir para que los docentes de Educación Primaria tomen conciencia de que nuestra labor no se remunera como la de tantos otros compañeros con la misma titulación.

La campaña de apoyo que el Departamento de Educación ha puesto en marcha para apoyar a los docentes está muy bien. Todo el mundo la ha interiorizado y ha calado en la sociedad. El profesorado se siente respaldado, apoyado y valorado por su consejera a la cabeza.

Ahora bien, valoren nuestro trabajo docente y equiparen nuestro sueldo al resto de docentes no universitarios, que para eso hemos obtenido el mismo título que ellos. De mis compañeros de Secundaria estoy seguro que recibiremos el máximo respaldo.