Parece ser que en cada convocatoria electoral hay agentes que actúan fuera de las cámaras y los medios habituales de propaganda. Ellas actúan (así me lo cuenta un antiguo paciente) a través de consejos y órdenes electorales expresas, desde su posición de poder como “cuidadoras y abnegadas religiosas” en la correspondiente residencia de ancianos. Los ancianos/as del centro sufren así la recomendación política de sus cuidadoras: “Debéis ir a votar y votar a los que son defensores de nuestras tradiciones y el orden establecido según el sobre de votación que os suministraremos”. Se les acompaña a la oficina electoral en la furgoneta que disponen tras el acto religioso dominical. El servicio que prestan estas abnegadas monjas “hermanitas de los ancianos desamparados” se completan con la indicación de introducir el sobre de votación que en formato cerrado se les administra. Ellos/as desconocen su contenido. Y es así como se cierra el servicio tan generoso y abnegado de este y otros muchos centros de ancianos/as, siempre desamparados ante artimañas como esta, dada su dependencia y vulnerabilidad. Animaría a la correspondiente Junta Electoral Provincial a investigar el asunto.