Paseando media hora antes por el recorrido de la manifestación y ya cerca del último tramo de la calle Zelai, asomaba en un bonito balcón del primer piso una señora de avanzada edad. Era tan estratégica la balconada desde donde pronto podría verse pasar a los miles de personas que habían acudido a Alsasua, que no dudamos en preguntarle a dicha señora desde la acera si podríamos subir a su casa para presenciar el paso.

Nos dijo que hasta tres sí (éramos seis), por lo que a la media hora volvimos y subimos tres y cuál fue la sorpresa cuando la buena señora nos dijo: ya podéis sentaros pues la comida está ya preparada.

No es posible describir la emoción que sentimos en aquel momento. Pero señora, si lo que queremos solamente es ocupar el balcón...

Ella quería complacer a unos desconocidos que habían acudido al pueblo, era la muestra del acogimiento que el pueblo de Alsasua ha dado a la gente que han acudido de lugares tan dispares para solidarizarse con la injusticia cometida contra los jóvenes del pueblo.

Kontxi Lezea, como así hemos sabido se llama esta gran señora, forma ya parte de esas gentes ejemplares y solidarias que vamos encontrando en nuestras vidas.

Eskerrik aunitz eta besarkada haundi bat.