Hoy en día no todo el mundo vive en las mismas condiciones. Todo puede depender de un solo factor que va a condicionar tu vida: la suerte. Una persona nacida en Marruecos desgraciadamente no va a tener las mismas oportunidades que una nacida en Francia. Todas las personas consideradas del primer mundo no reaccionan ante los problemas del tercer mundo, sino que prefieren correr un tupido velo para no verlas, aun teniendo los medios de comunicación que las confirman. ¡Qué injusticia que muchas personas no solamente no tengan las necesidades fisiológicas cubiertas, sino que no dispongan ni de seguridad ni de aceptación social, mientras hay gente que vive con recursos de sobra y que tienen una posición social que no han obtenido por mérito propio!.

Yo incluida, vivimos en una sociedad en la que tratamos de educar a la gente en valores éticos, en la igualdad y en el respeto. Quizás en el día a día entre nosotros lo apliquemos, pero ¿acaso ignorando a las personas que realmente necesitan nuestra ayuda estamos aplicando todo lo que nos han inculcado? Puede que, si fuéramos lo suficientemente valientes para desprendernos de las comodidades innecesarias en las que estamos envueltos, podríamos ayudar a reformar nuestro mundo evitando los extremos. Con esto me refiero a que no haya personas que puedan alimentarse en base a las sobras de otras.