La verdad es tan fuerte que asusta, no se afronta y se la intenta ocultar por peligrosa para el mantenimiento de un sistema falsamente democrático. El vaquero Trump arremete contra el fundador de Wikileaks y sus sicarios detienen a Julián Assange sin que la prensa, en general, se rasgue las vestiduras. Tibieza y miedo frente a la persecución de quien aireó las atrocidades de USA en el mundo. ¿Acaso dichas atrocidades van a desaparecer porque se acalle a quienes las aireen, no será mejor mirar de frente los peligros que acechan a la democracia y a los Derechos Humanos?

Aquí PP, PSOE y Cs bloquean la comparecencia de Villarejo en el Congreso para difuminar el peligro de verdades tales como que la Policía espía a políticos y ciudadanos; que falsea pruebas o que el CIS manipula encuestas para perjudicar electoralmente a los partidos que quieren enfrentarse a dichas verdades para limpiar de corrupción la democracia. La prensa jalea dichos falseamientos y manipulaciones. Nadie quiere mirar a la verdad de frente, da miedo.

Benito Pérez-Galdós, en Episodios Nacionales, Cánovas dijo, en 1912, algo que 100 años más tarde sigue plenamente presente: “Los dos partidos que se han concordado para turnar pacíficamente en el poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado les mueve, no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza pobrísima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que de fijo ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos...”.

Si los electores no lo evitamos el PSOE se concordará de nuevo con la derecha (Cs y PP), como lo ha hecho durante la Transición, para así seguir turnándose en el poder y pastar del presupuesto. Hemos de dar un fuerte golpe de timón hacia la izquierda para, afrontando de cara las verdades, recuperar la democracia real. Yo, por mi parte, esta primavera me voy a poner morado de votar, ¡¡moraíto!! ¡Viva la República!