Escribo en nombre de todos los que nos quedamos escandalizados con el artículo sobre el ejemplo de Navarra respecto a la Renta Garantizada. ¿Ejemplo de qué? ¿De cómo nos mantiene el Gobierno de Navarra en la pobreza? ¿De cómo vende una falacia con todo descaro? ¿De cómo mantiene desinformada a la ciudadanía en su beneficio? ¿Cómo creen los ciudadanos navarros que vivimos los que percibimos la Renta Garantizada? Pues vivimos con depresiones profundas, ataques de ansiedad, otros, como yo, intentando suicidarme. Los hay que buscan en la basura, pidiendo en los supermercados fruta o verdura que no se puede vender. Esa es la realidad. Yo cobro una pensión no contributiva de minusvalía de 362 € y una Renta Garantizada de 170 €. Los gastos fijos de la vivienda se llevan mi pensión. Números rojos siempre a fin de mes. Sí, tengo la suerte de que me consiguieron ayuda del Ayuntamiento y me traen comida y cena, pero como soy diabética, muchas cosas no puedo comerlas. Pero se lo agradezco, aunque pase hambre. Estamos cobrando la Renta Garantizada de una ley de 2016. En abril de 2018 se aprobó una ley que equiparaba la Renta Garantizada al Salario Mínimo Interprofesional. No se ha aplicado porque... ¿? Los trabajadores sociales están reclamando su aplicación. Oídos sordos. ¿Quién sale beneficiado por esta ley? Pues hay fondos ya destinados a ella... saquen sus propias conclusiones. Ustedes, antes de publicar semejante noticia, deberían haber investigado un poco la realidad de la Renta Garantizada, la verdad, no lo que quieren vender. Y no me da miedo identificarme.