El domingo veintiocho de julio de dos mil diecinueve, la Campana cumple años y cumplir cumple muchos, nada menos que 500 años.

La más antigua de nuestra catedral, de nombre Gabriela, tocará otra vez, sonará en los cielos de Iruña-Pamplona, la capital navarra. Y será a las 12.00 del mediodía, anunciando la misa. Tocará un breve toque de boleras, 5 minutos. Y luego sonará sola celebrando su cumpleaños.

Pesa, prácticamente un cuarto de tonelada, 2.480 kg., fue fundida en el año 1519 (hace 500 añitos).

La campana tiene una doble inscripción en minúscula gótica, en la que mezcla el latín, el español y el francés.

Representa como es habitual, las “s” de dos maneras: al inicio o dentro de la palabra, y al final. También guarda espacios entre las palabras, algo menos habitual en este tipo.

Se trataría probablemente, de la campana más valiosa y compleja del conjunto catedralicio, incluso por encima de la gran María, a la que acompaña.

En la inscripción superior diría interpretando Solo al rey de los tiempos, dios inmortal e invisible, honor y gloria por los siglos de los siglos, amén. (Se trata de una cita de la primera epístola de Timoteo).

Después, indica la fecha exacta de su fabricación, omitiendo el autor, y mezclando francés y español: “Lan mil CCCCC et XIX et le XXVIII iour du mois de iulio”. Si la frase fuese toda en francés debieron poner “juillet”, mientras que se puede traducir como El año mil quinientos y diecinueve y el día veintiocho del mes de julio.

Luego, se repiten, diversas veces, las fórmulas “aue maria” (Dios te salve, María) y “te deum laudamus” (A ti Dios te alabamos), inusualmente juntas, y separadas, de vez en cuando por la hebilla de un cinturón, se emplean también para formar los dos crucifijos con pedestal que figuran tanto en la parte exterior como en la interior. Ambos crucifijos conforman sendas escenas del Calvario, es decir crucifixiones, con dos imágenes que les flanquean, probablemente Santa María y San Juan.