Su Alteza Real, Don Felipe de Borbón se encuentra, como es archisabido, de vacaciones en Palma de Mallorca descansando entre calderetas de langosta, gruesas raciones de caviar y botellas de Möet & Chandon, Pommery y Veuve Clicquot, tras la ardua y agotadora labor realizada a lo largo del año. Como también ha sido sobrada y servilmente destacado por la Brunete mediática, se ha visto obligado a desarrollar un profundo ejercicio mental para concluir que no sería conveniente tener que llegar a unas nuevas elecciones, lo que le ha supuesto un cansancio insufrible. Por eso, entiendo que no es justo que en su retiro dorado se le moleste, incordie y obligue a dictar (y firmar) sendos Reales Decretos para declarar el cese de doña Miren Uxue Barcos Berruezo como presidenta de la Comunidad Foral de Navarra y para nombrar presidenta de la Comunidad Foral de Navarra a doña María Victoria Chivite Navascués, lo que le ha supuesto un más que considerable esfuerzo. ¡Por favor, un poco de consideración!