En menos de un mes, ha habido tres ataques violentos a las placas colocadas a los pies de la escultura, justo tocando a la sede de Navarra+, en el cruce de Carlos III y la avenida de Roncesvalles.

Este espacio supuestamente tiene que estar protegido, investigado y repuesto, si resulta atacado y dañado, amparado por la Ley de la Memoria Histórica. De momento no parece que se dan mucha prisa en investigar los hechos, tanto la Policía Foral como los responsables de la Policía Municipal, quien ya tendría que haber sacado las cintas de las cámaras de vigilancia y entregarlas a los responsables de la investigación, comprendo que no tengan el mismo interés, por ejemplo, que si hubiera sido un ataque a la sede del partido, Navarra+ que está al lado, pero no se trata de preferencias, se trata de cumplir sus responsabilidades.

Esta escultura representa una persona violentada, marcada, mutilada y sin cabeza, pero a la vez está tiesa, erguida, representando la fuerza y las ganas de seguir luchando, por un futuro no violento y en recuerdo, a toda la ciudad de Pamplona e Iruña, que sufrió el ataque violento, físico, psicológico y premeditado, por la Policía de los cuerpos “de la seguridad del Estado”, cuando aún se está esperando justicia a los máximos responsables de esa bárbara intervención policial.

Muchos dirán: hace tiempo que ha pasado, se tiene que olvidar, es mejor no abrir heridas, como la memoria histórica del golpe militar del año 1936... El problema es que las heridas están abiertas y los que pueden cerrarlas y no quieren cerrarlas son ahora los herederos ideológicos de los golpistas, que no solo no quieren terminar con la impunidad, sino que se acercan todavía más al nuevo partido ultraderechista que alardea y añora la dictadura franquista.

Todo este tipo de actuaciones violentas no vienen porque sí, vienen porque algunos provocan, educan y alimentan, tanto con declaraciones afines como por no aceptar la pluralidad de pensamiento.

Aquí en Navarra no sobra nadie y estamos obligados a convivir todos, nacionalistas vascos, nacionalistas españoles, solo navarros, migrantes, etcétera.

Menos mal que ese mensaje catastrófico y dividido, que usa toda esta derecha, no refleja en absoluto la vida cotidiana de la población, la sociedad en general en el día a día es extraordinariamente respetuosa, que voten donde voten son críticos con cualquier actuación o declaración antidemocrática.