el 5 de agosto publiqué en DIARIO DE NOTICIAS un artículo titulado El Partido Carlista y el Ateneo Basilio Lacort, que ha motivado la aparición de dos nuevos escritos: Ateneo Basilio Lacort: nota aclaratoria, de Víctor Moreno, el 8 de agosto; y ¿Carlos Garaikoetxea, carlista?, de Juan Mari Feliu Dord, el 13 de agosto.

Respecto a la carta de Víctor Moreno, me sorprende que me acuse de coger “la parte por el todo”, ya que es precisamente lo que él hace abordando solamente uno de los múltiples temas mencionados en mi artículo: el de los resultados electorales del Partido Carlista “con el pretendiente a la cabeza” en 1979. Repasemos: en el artículo Hasta aquí hemos llegado, de Víctor Moreno, publicado el 7 de julio, se afirmaba que “la Agrupación Montejurra, que reunió a los votantes de EKA, aún no legalizados, consiguió 8.451 votos en las generales de 1977. En 1979, el Partido Carlista de EH/EKA, con el pretendiente a la cabeza, se quedó en 12.165”. En mi artículo manifesté que cuando Carlos Hugo encabezó en Navarra la candidatura del Partido Carlista al Congreso el resultado fue de 19.522 votos. Ahora Moreno sostiene que se refería a las primeras elecciones del Parlamento navarro, celebradas también en 1979, y que la mención a Carlos Hugo era debida exclusivamente a su liderazgo político, no a su candidatura electoral. Este argumento sería legítimo si en su momento con lo del “pretendiente a la cabeza” se hubiese referido a todo el proceso electoral de la Transición, y no solamente a unas elecciones en concreto. Porque cuando se celebraron las elecciones constituyentes de 1977 Carlos Hugo era tan líder del Partido Carlista como en 1979?

Como de costumbre Víctor Moreno manipula y tergiversa jugando a la confusión, ya lo vimos cuando hace unos meses intentaba dar gato por liebre en relación al integrista antimasónico Serafín Olave, o cuando hace dos años, junto con sus amigos Fernando Mikelarena, Carlos Martínez, José Ramón Urtasun, Clemente Bernad y Txema Aranaz, recomendaba conocer “la voz crítica del historiador Jordi Canal”. Pues resulta que su

recomendado Jordi Canal es uno de los ideólogos de la derecha nacionalista española en Catalunya, de hecho, es colaborador habitual de la FAES de José María Aznar, de Sociedad Civil Catalana y del grupo ultraderechista Somatemps.

En relación al escrito de Juan Mari Feliu, tengo que reconocer que mientras que de los otros antiguos carlistas mencionados en mi artículo: Ignacio Astráin, Federico Tajadura y Fermín Arraiza (diputados durante la primera legislatura del Parlamento navarro, elegidos respectivamente por UCD, el PSOE y la coalición Nacionalistas Vascos que constituyeron el PNV, EE, ESEI y el PTE) es pública y notoria su participación activa en la lucha antifranquista del Carlismo, de Carlos Garaikoetxea únicamente me consta una referencia afirmando que lo fue en su juventud en el artículo La confederación como tercera vía, publicado por Evarist Olcina en DIARIO DE NOTICIAS el 3 de mayo de 2017. Por entonces nadie negó ese dato y por tanto lo di por bueno.

Juan Mari Feliu no debería sorprenderse de que un excarlista pueda llegar a ser dirigente del PNV, ya que ese partido fue creado por un excarlista. Sabino Arana en su famoso discurso de Larrazábal ya explicó que: “Fui yo carlista hasta los diecisiete años, porque carlista había sido mi padre, aunque un carlista que sólo trabajó por el lema Religión y Fueros y a quien el dolor de la ruina de nuestras libertades lo llevó al sepulcro. Pero ya desde que había, a los quince de mi edad, estudiado Filosofía, distinguía mis ideas y decía que era carlista per accidens, en cuanto que el triunfo de don Carlos de Borbón me parecía el único medio de alcanzar los Fueros: deseaba que don Carlos se sentara en el trono español, no como fin, sino como medio de restablecer los Fueros”.