¿Se exhibiría la obra de Jon Bienzobas en el centro cultural de Galdakao si no hubiera pertenecido a ETA? ¿Es un homenaje disfrazado de arte? Esta exposición ha motivado una concentración, la del Partido Popular, con paneles que mostraban lo que denominan la auténtica obra de Bienzobas: principalmente el asesinato de Tomás y Valiente y el de Rafael San Sebastián “por error”. La derecha se encuentra con argumentos de peso -a pesar de que la auténtica obra del generalísimo no les genere ningún rechazo- que sabrán instrumentalizar. Algo que se podría haber evitado si los gestores del Ayuntamiento de Galdakao tuvieran un mínimo de sensibilidad e inteligencia política. Con perdón, pero se las ponen a huevo. Quién sabe, quizás esta exposición sea el resultado de ciertos haberes y deberes de algún gestor municipal. Algo que sería especialmente grave.

Quienes sienten repulsa por los homenajes y verbenas fachas en el valle del genocida no deberían mostrar indiferencia ante el intento de purificación de personajes de la talla de Bienzobas. ¿Estaría justificada la exposición si el autor hubiera pedido perdón y fuera una obra que aunara calidad artística y búsqueda de reconciliación? Estoy seguro que sí. El problema no es que un preso pinte. Bienzobas puede pintar lo que quiera, abrirse una página web y vender ahí sus cuadros. También puede escribir poesía si lo desea. El problema es que se dediquen recursos públicos para exhibir la obra de un asesino irredento. Eso no avala que con otro tipo de fondos se pueda hacer lo que uno quiera. Que se siga permitiendo la existencia de una página web como la de la Fundación Francisco Franco podría darnos luz verde para inaugurar la Fundación De Juana Chaos. ¿Cuál sería la reacción de la derecha y qué alarma social provocaría? Está claro que algo muy diferente a lo que les provoca la existencia de la página de una fundación que se encarga de preservar el legado de un dictador y asesino. Sin embargo, la sociedad, y los políticos como parte de ella, deberían evitar guiarse por el resentimiento y las actitudes reactivas cuyo único horizonte es el odio. La empatía y el sentido común es lo que reconocerá la gente; la construcción de puentes, no pantanos.

Es muy grave que los homenajes a Franco y las condecoraciones al policía Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, sádico torturador franquista, no obtengan condena por parte del Partido Popular. Es la prueba de su herencia. Sin embargo, la hipocresía de la derecha no debería servir de excusa para no respetar a las víctimas de ETA. Si Bienzobas fuera Picasso, y estuviera arrepentido, quizás estaríamos hablando de una exposición valiente y necesaria. Tanto lo uno como lo otro queda muy lejos de la realidad; desde lo artístico y desde lo humano.