De todos es conocida la reivindicación de los vecinos de preservar la ladera de la ripa sur de Beloso, única zona verde relevante (natural o no natural) que le queda a Erripagaina-Pamplona/Iruñea, actualmente copada por bloques de viviendas que suben al cielo 9 y 10 alturas, sin espacio entre ellos y comiéndose literalmente las aceras para aprovechar cada centímetro cuadrado disponible.

Todos los grupos políticos del Ayuntamiento han reconocido que la ladera no es el lugar adecuado para construir las viviendas sociales previstas en un PSIS impropio del siglo XXI. También reconocen (solo faltaba) la necesidad de vivienda social, por lo que es deseable encontrar una ubicación alternativa. El alcalde Maya, en un gesto que le honra, no ha tenido reparo en admitir y querer enmendar un error gestado cuando en Navarra gobernaba su partido, presentando alternativas para reubicar esas viviendas sociales y preservar la ladera. Hasta aquí, todo bien. Lo grave es que la oposición (1) plantea que si no hay consenso sobre la alternativa, acepta destruir una ladera que debería estar protegida, (2) no apoya ninguna de las alternativas presentadas por el equipo de gobierno y (3) por ahora no ha hecho ni una sola propuesta en positivo. Es decir, miran hacia otro lado y parecen dispuestos a cometer un atentado urbanístico, social y medioambiental con tal de no trabajar con un rival político para solventar un caso de urbanismo salvaje. Y no se les cae la cara de vergüenza.

Cuando los grupos municipales de PSN, Geroa Bai y EH Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona/Iruñea se llenan la boca hablando de respeto al medio ambiente, de barrios sostenibles, de la política al servicio a los ciudadanos, de Agenda Local 21... parece que en realidad están haciendo pura propaganda. Esperemos que la lamentable imagen que están dando hasta la fecha con este asunto sea solo un espejismo, que el sentido común se termine imponiendo y que trabajen para la ciudadanía a la que representan.