Cada vez veo más cajas de Amazon en la basura. Para el tendero de barrio, para el comercio en general, es el final de un ciclo que se inició con la creación de las primera ciudades hace cinco milenios y que va a acabar ahora con la concentración del tráfico mundial en tres o cuatro gigantes tecnológicos. El resto de la mano de obra en el sector serán miles de trabajadores mal pagados que repartirán las mercancías con suerte en furgoneta y con menos suerte en bicicleta. Nada que ver con lo que fueron los comerciantes que iniciaron los primeros movimientos democráticos en contra de la nobleza allá por el final de la Edad Media. Nada que ver con los mercaderes que exploraron el mundo con sus viajes, difundieron ideas, hicieron revoluciones y derrocaron tiranías. Se acabó. Lo ve cualquiera que camine por las calles de cualquier ciudad. La pequeña burguesía no puede competir contra grandes corporaciones que no pagan impuestos, que abusan de sus trabajadores y que controlan este monstruo de siete cabezas que llamamos internet.