A pesar del dicho: “Si quieres ser feliche, no analiche” nos pasamos la vida analizando. El análisis clínico que, al llegar a cierta edad lo hacemos periódicamente, será el más preocupante, y su resultado dependerá de en gran parte, analizar la política, y nuestra situación de tesorería. Tres son las cosas dentro del análisis clínico, donde más centramos nuestra atención, a saber: glucosa, colesterol y tensión. La glucosa, a pesar de no ser la vida todo lo “dulce” que quisiéramos, se nos obliga a quemar energías para eliminarla. Colesterol, que como sabemos tenemos dos, que al igual que ocurre en política, tenemos el bueno y el malo, y dependerá de nuestra alimentación, si bien también fabricamos el malo, por la ansiedad que produce la abstinencia.

Es sobre la tensión donde más factores de riesgo influyen, siendo nuestros políticos, sobre todo, los responsables de la hipertensión que afecta a la mayoría de la población, dado que con sus pertinaces discusiones, no hace más que alterar nuestro riego sanguíneo. Y sobre el coronavirus, mejor que no lo analicemos, porque construir un hospital para 1.000 camas, en diez días, tiene “tela”.