desde el Instituto Navarro del Deporte queremos ser tajantes. Estamos trabajando para poder reabrir en cuanto sea posible el Centro Recreativo Guelbenzu, dañado por el temporal.

Coincidimos con el vecindario de la Milagrosa en que se trata de un recurso vital para el barrio. Un espacio que permite la reunión y el esparcimiento además de la práctica deportiva. Y nuestros esfuerzos se centran en devolver ese servicio a la zona.

El viernes 20 de diciembre amanecimos con la desagradable imagen de la cubierta de la piscina de Guelbenzu que había volado por los aires dejando desperfectos por la instalación. El viento arrancó dos módulos móviles, además de desencajar y deformar el resto de módulos. Uno de ellos se precipitó sobre la piscina exterior, mientras que el otro cayó sobre una de las terrazas solarium de la primera planta causando también desperfectos en la barandilla acristalada o en las duchas exteriores. Además, como consecuencia de un apagón eléctrico, resultó afectada la maquinaria de la sala de bombas de la piscina, provocando el vaciado total de la misma.

Desde ese momento, el Instituto Navarro del Deporte ha trabajado para restituir la situación e intentar devolver la normalidad a Guelbenzu. En todo este tiempo hemos primado la seguridad y evitar a toda costa cualquier tipo de accidente. De ahí la decisión de cerrar la instalación.

Los presupuestos generales de Navarra nos marcarán la financiación disponible para acometer la licitación y ejecución de obra e intentar llegar a tiempo a la campaña de verano. Siempre nos ha movido que la reapertura pueda ser cuanto antes y en las mejores condiciones.

Nuestra preocupación desde el primero momento han sido los usuarios y usuarias. Hemos buscado soluciones para que todos ellos y ellas no dejaran de estar atendidos en sus demandas deportivas. Por eso se llegó a acuerdos con Aquabide, situado también en el barrio de la Milagrosa, para el uso de la piscina, balneario y gimnasio; y con el trinquete de Larrabide para la práctica de la pelota. Además se ha ampliado la oferta al Aquavox del Casco Viejo y dos personas con movilidad reducida acuden al Club Oberena.

Abrir de forma parcial la instalación no es la solución más óptima. Primero el evidente riesgo mientras se desarrollan obras en la misma; por los inconvenientes que esas obras puedan suponer con cortes de luz y agua; y por los desperfectos que aún presentan elementos afectados por la voladura de la cubierta. No sería el servicio adecuado que los usuarios y usuarias merecen.

Somos conscientes de la incomodidad que ha supuesto para las personas que utilizan Guelbenzu. Consideramos que se ha dado una respuesta integral para que nadie se quedara sin actividades deportivas en unas instalaciones próximas y en condiciones lo más adecuadas posibles. Anteponiendo la seguridad con la no utilización de Guelbenzu.

Lo que urge es continuar con una labor de información permanente, y por supuesto ser ágiles, dentro de los plazos, para la ejecución de la obra. Porque ante todo, y sin querer pecar de repetitivo, queremos reabrir Guelbenzu.

El autor es director gerente del Instituto Navarro del Deporte