l Estado de Alarma decretado a raíz de la pandemia de la COVID-19 ha dejado al descubierto multitud de debilidades que tiene la sociedad en cuanto a su estructuración y priorización de necesidades, pero también nos ha mostrado desigualdades existentes, tanto a nivel social como territorial.

Así, nos hemos encontrado en un contexto en el que las instituciones española y navarra han dado por "asumida y real" la accesibilidad completa a una conexión a Internet de calidad en todos los hogares; pero nada más lejos de la realidad. En buena parte de la zona de montaña de Navarra, como en el Valle de Larraun, por ejemplo, ha sido muy difícil, por no decir imposible, seguir con normalidad en áreas como el teletrabajo, las gestiones municipales e institucionales, el curso escolar vía online de nuestros niños y niñas, incluso, muchas actividades de ocio, tan necesarias en época de confinamiento.

El acceso a las clases impartidas desde las escuelas, por ejemplo, (o desde escuelas de música u otra serie de acitividades no curriculares, pero igual de importantes para el desarrollo de la infancia) han sido muy difíciles de llevar a cabo debido a la insuficiente calidad en sus conexiones a la red.

En lo que a la empresa privada se refiere, numerosos trabajadores han tenido que desplazarse para poder desarrollar su labor, puesto que la calidad de conexión con la que contamos, no permitía realizarla por vía telemática. A pesar de que muchas de estas empresas han procurado dotar a sus empleados de los medios necesarios para realizar este teletrabajo, finalmente no ha sido posible por la escasa potencia de la red. Son trabajadores y trabajadoras de nuestro valle que han tenido que desplazarse a sus respectivos puestos de trabajo, poniendo en riesgo su salud y la de aquellas personas que les rodean.

En lo que respecta al nivel institucional y, particularmente a la gestión municipal, nos hemos encontrado también con numerosos problemas de funcionamiento administrativo al no poder desarrollar reuniones por videoconferencia.

Todo ello son solo ejemplos de la gran brecha digital existente en nuestros pueblos, que ya veníamos denunciando y que, en la actual situación, no ha hecho más que agravarse. Al no contar con fibra óptica, cualquier habitante de los pueblos de Larraun, navega con una velocidad de 0,15-0,20 MB, frente a los 100 con los que cuenta cualquier otra persona en una ciudad o en una población más grande. El máximo al que podemos aspirar en nuestro valle serían unos 10 MB, vía satélite, con lo que la conexión a Internet en estos pueblos puede llegar a pagarse incluso el doble, sin llegar a acceder nunca a la misma calidad.

La falta de infraestructuras para Internet en buena parte de Navarra ha sacado a la luz las grandes desigualdades territoriales existentes. Por ello, creemos que de cara a la construcción de una Navarra equilibrada e igualitaria en derechos fundamentales, no es de recibo que en el año 2020 haya una parte del territorio que no cuente con infraestructuras necesarias para una conexión de calidad; algo con lo que, por otra parte, ya cuentan en las capitales y en las grandes poblaciones desde hace ya más de un lustro.

En el siglo XXI es necesario que el acceso a una conexión de Internet de calidad sea entendido como un bien necesario y básico para el desarrollo de cualquier entorno. Y cuanto más tiempo se deje pasar en dotar de las infraestructuras necesarias para ello a todas las zonas de nuestro territorio, mayor será la brecha que se genere con respecto a los entornos rurales.

Por todo ello, creemos que es necesario entender este tema con una visión global que afecta a todo el territorio foral, tomando medidas globales y planteando soluciones que acoja a toda la ciudadanía.

Es esta línea, desde el Ayuntamiento de Larraun, quisiéramos poner en valor el trabajo que se está desarrollando desde Cederna Garalur y diversos ayuntamientos de la montaña navarra para encontrar solución a la problemática y fijar un plan de actuaciones e inversiones junto con el Gobierno de Navarra para dotar de infraestructuras a nuestros pueblos. Un trabajo conjunto, en el cual las partes interesadas aportemos para mantener vivos nuestros pueblos y podamos desarrollar una Navarra equilibrada, sostenible e igualtitaria.

El autor es concejal de Desarrollo del Ayuntamiento de Larraun