Hace unos pocos días falleció mi amatxo, Begoña Errea. Quiero agradecer a los cuidadores de personas que le atendieron y a esa generación que supo entresacar humanidad de la oscuridad de los tiempos, y que poco a poco se nos está yendo. De los médicos, enfermeras y auxiliares tanto del Hospital de Navarra como del Hospital San Juan de Dios sólo puedo decir palabras de agradecimiento. He aprendido que morirse es difícil, complicado, como lo es también el nacer. Recuerdo el nacimiento de mi 2º hijo, el 1º fue cesárea y no pude estar. Yo iba como padre feliz a ver nacer a mi hijo y me encontré una escena de sangre, dolor y gritos con un final precioso. Nacer no es romántico, y morir tampoco, pero morir no duele, duele la enfermedad, y todo lo complica esta obsesión nuestra por vivir de espaldas al único hecho seguro en la vida que es la muerte, he aprendido que el miedo y la ignorancia no ayudan. Agradezco infinito a los médicos que le han tratado, que no han considerado su muerte como un fracaso, han sido honestos y nos han ayudado en momentos de máxima vulnerabilidad a entender que morirse es algo natural. Pasar del "pelea amatxo, resiste, lucha" al "estaremos bien si ti, gracias por todo lo que nos has enseñado, suéltate sin miedo ama", y todo con mucha ternura, ha sido un viaje duro y hermoso a la vez. Agradecer a esta generación que se nos va lo que han hecho por nosotros es un acto de justicia. Un amigo me recuerda que son una generación que vivió un tiempo tremendamente gris y que supo entresacar humanidad de la oscuridad de los tiempos. Sin esa humanidad que ellos encontraron no seríamos nada, ver que algunos de ellos se nos van en estos momentos sin consuelo, sin ternura, sin compañía es desolador. Mi ama no se ha ido así, por eso de nuevo mis hermanos y yo sabemos que somos unos privilegiados y así nos sentimos. Se ha ido con el amor de su vida, Alfonso, que se adelantó demasiado, casi 30 años, para tenerlo todo preparado para recibirle. Enric Benito, experto en cuidados paliativos, en un vídeo que debéis buscar dice que morir bien es bueno porque dejas una buena herencia pedagógica, un legado en forma de regalo para los que se quedan, el penúltimo regalo de mi amatxo. Eskerrik asko !!!