Renombrados terapeutas que trabajan con familias divulgaron una reciente investigación donde se hace notar que los miembros de las familias, en general, están cada vez más fríos. No existe más cariño, no se da más valor a las cualidades, solo se escuchan críticas. Las personas están cada vez más intolerantes y se desgastan dando valor a los defectos de los otros, por ello las relaciones de hoy no son duraderas. La ausencia del elogio está cada vez más presente en las familias. No vemos a los hombres elogiando a sus mujeres; no vemos a los jefes elogiando el trabajo de sus subordinados; no vemos nunca a los padres e hijos elogiándose entre amigos, etcétera, y esa ausencia del elogio ha afectado mucho a las familias. El exceso de orgullo impide que las personas digan lo que sienten. Comencemos a dar valor a nuestros amigos, subordinados, familias. Vivimos en una sociedad en la que uno necesita del otro, es imposible vivir solo y aislado, y los elogios son la motivación en la vida de cualquier persona, y con seguridad, el mundo será más bonito.