El pasado mes de febrero tramité una instancia dirigida al Área de Urbanismo, Vivienda y Sanidad del Ayuntamiento de Pamplona. En ésta expuse mi descontento sobre ciertas actuaciones, faltas de sensibilidad y sentido del decoro, producidas durante el entierro de mi esposo.El domingo 14 de junio acudí de nuevo, una vez más al cementerio. En la cabecera de la tumba y apoyados sobre la parte posterior de la sepultura delantera, encontré tablones, vallas y grandes plásticos azules plegados... Son materiales utilizados en los trabajos de enterramiento. También y como es habitual, la tierra continuaba superficialmente sucia: piedras, pequeñas basuras y restos de huesos.Al día siguiente transmití, telefónicamente, mi disgusto y preocupación a la dirección. Asimismo le recordé cómo era mi segunda reclamación. En ambos momentos tanto el cementerio como el Área del Ayuntamiento han reconocido la mala gestión de los trabajos realizados y el daño que esto puede ocasionar en la familia y amigos en momentos tan delicados. Asimismo he recibido sus disculpas.Desconozco las causas que han dado lugar a un resultado tan burdo y falto de delicadez y que, en mi opinión, podría ser notablemente mejorado para que situaciones como estas no vuelvan a repetirse. Todos deseamos que la despedida de nuestros seres queridos se desarrolle de la mejor manera posible y para ello el servicio ofrecido en el cementerio es fundamental... ¿De quién es la responsabilidad última de su buen funcionamiento?