Escribo esta carta para hacer notar esta pandemia, que no puede ser más devastadora, difícil y cruel por todas las personas que se han enfermado, todas las que han muerto sin el consuelo y cuidado de los suyos, todas las que han dado su esfuerzo, energías e incluso su propia vida por cuidar a los demás. En este entorno de tristeza y generosidad humana y debido a las medidas de seguridad que todos los centros de salud toman como prevención, llegamos a los enfermos crónicos, en los que me incluyo, y la atención sanitaria de mi ambulatorio deja mucho que desear, desde mi punto de vista. Aun cuando la campaña de la SS nos hace ver que se preocupa por nosotros, te mandan un mensaje al móvil: “dinos qué te sucede para atenderte mejor…”.Solo quiero dar un toque de atención a quienes trabajan con personas vulnerables por sus enfermedades, dolores o incapacitación, aunque sea temporal. Que no somos números ni nuestro organismo es matemático y no nos vale 2+2=4, también reconozco que los médicos y trabajadores sanitarios no son superhéroes, pero espero que sean humanos.Gracias, doctor Vicente, por recetarme un jarabe para la tos que no me soluciona, pero cumplimos expediente.Gracias, doctora María, por solucionar mis 70 años y algunas indisposiciones que tengo de vez en cuando con el ingreso en una residencia. ¿Habrá plaza?Los nombres no son reales porque no conozco a los médicos.Yo creo que atender bien a un paciente es escucharle, conocer su historia clínica y actuar en consecuencia con respeto.Con 70 años he aprendido que todos necesitamos de los demás y que nadie es más que nadie, si nos ayudamos unos a otros todos estamos mejor. Espero que el plan de tratamiento funcione, doctora María.Gracias por hacer lo que saben y como saben.