El coeficiente Gini calcula la desigualdad de ingresos de un Estado. Va de cero, si sus habitantes tuvieran idéntica renta, a cien, si solo una persona concentrara toda la riqueza. Pero siendo España el décimo país más rico del mundo, el índice nos sitúa en el puesto 61 con una desalentadora nota de 34,7, lejos de los países de nuestro entorno (la media de la UE es 30,8) y asimilándonos en desigualdad a países como Letonia (34,3), Vietnam (34,8), e incluso Rumanía e India (35,1).Aún nos queda mucho camino por recorrer en el reparto de la riqueza, baste recordar las conclusiones del reciente informe de la ONU que acusa al neoliberalismo como culpable de acabar con el sistema de protección y dejar un Estado social tocado, mientras señala a los políticos de proteger a las clases más altas y fallar a quienes más lo necesitan. Su recomendación: impuestos a ricos y grandes empresas que redistribuyan la riqueza y más vivienda social. ¡A ello!, para que ni Gini ni la ONU nos saquen los colores.