Aunque por muchas razones no me gustaría volver a la infancia, sí echo de menos su inocencia. En medio de tanto pronóstico desalentador de la evolución de la pandemia, de tantas noticias sobre irresponsabilidades, nuevos brotes y contagios€ Mis hijos hablaban el otro día sobre cómo podrían venir los Reyes Magos este año. Tenían claro que con mascarilla e hidrogel€ Y que, como son mágicos, no podrían enfermar ni contagiar. Al final, concluyeron que siempre podrían enviar los regalos por mensajería. Les oía, me sonreía y pensaba que ojalá todo fuera tan fácil. Y ojalá aprendiéramos a hacerlo más fácil. Al fin y al cabo -y como bien decía Antoine de Saint-Exupéry- todos hemos sido niños, aunque pocos lo recordemos.