Es inaceptable que las mismas entidades que embargan pisos por impago y desahucian familias, publiciten su obra social y actividades culturales. Igualmente es fraudulento que presuman de apoyar a sus proveedores, para luego incumplir la ley de morosidad, pagando las facturas a una media de 169 días, el triple del plazo legal permitido. Resulta hipócrita que alardeen de patrocinar actividades deportivas femeninas y de apoyar a la mujer, cuando la mayoría de los miembros de sus consejos de administración son hombres. Y vergonzoso es que intenten sacar rendimiento comercial de sus acciones de apoyo a la sociedad en la pandemia, cuando está totalmente estudiado su coste y el retorno publicitario que les produce. Cuando se realiza un acto caritativo, es de muy mal gusto publicitarlo.