Esta familia de aprovechateguis ha recibido un varapalo judicial, ya que el Juzgado de Primera Instancia de A Coruña ha dictado sentencia en la que los Franco deben devolver el "Pazo de Meirás" a su legítimo dueño, el Estado. Según la sentencia el bien se lo dejaban disfrutar como Jefe del Estado, y no como Francisco Franco, y se señala que la compraventa de 1941 fue una "simulación", vamos, que se lo quedaron por el morro.Recuerdo que venía a San Sebastián- Donostia por estas fechas. El segundo domingo de septiembre entregaba la "bandera de la Concha" a la trainera ganadora. Se alojaba en el Palacio de Aiete, que el Ayuntamiento le cedía como Jefe de Estado. Previamente se arreglaba por los Servicios Municipales y también su visita suponía una serie de redadas y detenciones y la instalación de una fuerte vigilancia, en las calles y en los tejados, durante el trayecto del palacio a la bahía de La Concha. Se montaba en el "Azor", el lujoso del barco que estaba anclado en la mitad de la bahía, durante su estancia en la ciudad. El palacio durante el resto del año estaba cerrado. De niñ@s íbamos a los alrededores a coger caracoles, vivíamos cerca. Se nos privó a la ciudadanía, durante años, del disfrute de los preciosos jardines con estanques, que ya de mayores pudimos ver cuándo fue abierto al público por parte del Ayuntamiento. Es una familia de "gorrones", porque la familia, incluso muerto el dictador, ha estado enterrado en un mausoleo público. El panteón de Mingorrubio, donde se ha culminado la inhumación, es ahora propiedad de Patrimonio del Estado, que lo recibió el pasado verano de Patrimonio Nacional. El Gobierno mantiene vigilancia en toda la zona sin precisar cuándo se retirará. La familia de Franco ha recibido la instrucción de que tienen que avisar a los responsables del cementerio, a la Policía y a Patrimonio cuando quieran acudir a visitar la tumba. A pesar de los años transcurridos esta familia disfruta de una serie de privilegios que en un país llamado "democrático" no tenía que ser así.