Hace tiempo la OMS alertó de que, debido al agravamiento de enfermedades previas, la pobreza energética -ocasionada por sus altos precios- causa en invierno un 30% de muertes adicionales. Esto quiere decir que en España 7.000 personas, en su mayoría vulnerables, morirán por no poder mantener su hogar a temperatura razonable para sobrellevar el frío invierno.Ahora, en pleno temporal y pandemia, y por un desmedido afán de lucro en la explotación de un servicio básico que antes era de titularidad pública hasta que el Partido Popular lo privatizó, la luz alcanza un precio histórico máximo y se convierte en un artículo de lujo pisoteando el interés general, que debería quedar siempre por encima de los espurios intereses capitalistas. Mucha gente no podrá pagar y arriesgará su vida.Paradójicamente, a pesar de que Rajoy machacó las energías limpias después de haber sido España referente mundial en eólica y fotovoltaica, la electricidad debería ser cada día más barata por el incremento de renovables.