esde que comenzó la pandemia de la covid-19, el grupo municipal socialista tuvo claro que todos los grupos políticos debíamos esforzarnos por aparcar nuestras diferencias y centrar nuestros esfuerzos en combatir las dramáticas consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la misma.

Esto no quiere decir que se altere la labor ejecutiva que corresponde a quien gobierna, ni la función de control y alternativa a la misma que debe ejercer la oposición. Argumentos teníamos para haber optado porque Enrique Maya hubiera seguido ostentando el título de único alcalde pamplonés sin presupuesto alguno. Pero en los momentos excepcionales que vivimos, hemos optado por dejar en un segundo plano los reproches y buscar una alternativa útil para la ciudadanía.

Nos parece lamentable la actitud que en la mayoría de cuestiones de gobierno está teniendo la oposición, tanto en España como en Navarra. Porque una cosa es denunciar y proponer alternativas viables a la acción de gobierno con la que se discrepa, y otra muy distinta es hacer una oposición frontal y carente del mínimo rigor, donde todo vale con tal de criticar y desgastar a quien gobierna.

Por eso, desde el Partido Socialista elaboramos una batería de veintiséis enmiendas al proyecto presupuestario de Pamplona para, si Navarra Suma y el alcalde Maya las asumía en su totalidad, dar nuestro apoyo a las cuentas municipales. Hablamos de unas propuestas muy exigentes, que van a beneficiar a muchas personas en estos duros momentos. Y que Enrique Maya ha debido aceptar en su integridad, pese a contemplar buena parte de las exigencias que, sin éxito hasta la fecha, le hemos venido haciendo desde la oposición.

Así, en el próximo curso las escuelas infantiles municipales serán gratuitas. Este es un gran logro para muchas familias con niños pequeños que hasta la fecha no tenían gratuidad asegurada en esa etapa educativa. La vivienda social cobra igualmente gran protagonismo, al apostar por un ambicioso plan en colaboración con el Gobierno de Navarra, además de asegurar la construcción de vivienda social en Ripagaina. A la par, hay importantes avances en materia de movilidad sostenible, con la eliminación de las plazas de aparcamiento en Pío XII, la reversión del tráfico libre en Padre Moret, la ejecución del corredor sostenible de Labrit o el incremento en la mejora de la seguridad de los pasos de peatones. También se incrementan las ayudas contra la pobreza energética. Igualmente se contempla la resignificación y reurbanización de Los Caídos y su entorno urbano, con perspectiva de Memoria Histórica. Y se va a habilitar el chalet de Caparroso, previsto inicialmente como albergue para el Año Xacobeo, como centro de acogida para refugiados. Además, se apuesta por proyectos de ciudad, como el desarrollo del bulevar del paseo de Sarasate o el parking y polideportivo de las Huertas, mientras se asegura que la reparación de la pasarela de Labrit no se hará con cargo a las arcas municipales. O se aumentan las ayudas en contra de la discriminación y a favor de la igualdad, así como en apoyo a la cultura, el comercio de proximidad, la juventud y el deporte.

Creo, francamente, que podemos hablar de un gran éxito social. Un éxito que lo es, en definitiva, de la ciudad. Y que, en estos momentos, es más necesario que nunca. Si algo ha quedado claro con esta pandemia es que las administraciones y los servicios públicos son absolutamente imprescindibles. Y que debemos aprender de errores pasados y hacer todo lo posible para que esta crisis se supere sin dejar a nadie atrás. Estos son los principios que nos mueven en nuestra acción política. Sea gobernando o en la oposición.

La autora es portavoz Grupo Municipal Socialista Ayuntamiento de Pamplona-Iruña